No es fácil encontrar el calzado adecuado… ¡Así que te damos algunos consejos para cuidar tus botas de esquí y hacer que duren lo máximo posible!
El mantenimiento de tus esquís, ¿ya no tiene secretos para ti? Pero, ¿y tus botas de esquí? Descubra cómo mantenerlos bien durante la temporada y almacenarlos bien fuera de temporada para mejorar su vida útil.
Durante tus salidas, tus botas de esquí acumulan nieve, humedad y otra suciedad cuando caminas con ellas.
Al igual que con la ropa de esquí, es importante cuidarlas. (También explicamos en un artículo dedicado cómo lavar tu ropa de esquí y cómo limpiar tus guantes de esquí).
Para evitar que se dañen prematuramente, aquí tienes cómo conservarlas en solo 2 pasos:
Si a menudo ve a los esquiadores golpeándose las botas entre sí, sepa que esta no es la solución correcta. A fuerza de hacer esto, dañará sus suelas y las hebillas de ajuste.
Para limpiar adecuadamente sus botas de esquí después de una sesión, retire toda la nieve con un cepillo de cerdas suaves o un paño. Insiste en las partes metálicas para evitar la aparición de óxido en tus zapatos.
Si tiene un secador de botas, simplemente puede colocar sus botas de esquí en él. En caso contrario, saca tus botines de quita y pon de la carcasa para secarlas por separado y evitar la aparición de malos olores. Deja que tus botines se sequen al aire libre o cerca del radiador sin que la fuente de calor sea demasiado fuerte para no deformarlas.
Ya sea en tu secador de botas o al aire libre, recuerda cerrar las hebillas de tus botas para que la carcasa de plástico no se deforme.
Los malos olores provienen del desarrollo de bacterias en las botas de esquí. Con la humedad y la transpiración, tus botas de esquí son propicias para los malos olores. El mejor método para deshacerse de él es usar un spray antibacteriano.
Pulveriza regularmente el interior de tus zapatillas y evitarás la aparición de malos olores tras una jornada de esquí.
Si no tienes un spray a mano, puedes usar bicarbonato de sodio. Coloca una fina capa de bicarbonato de sodio en tus plantillas/botines, déjala actuar y retira el material.
La solución "de la abuela" solo tiene un inconveniente: ¡es difícil eliminar completamente el polvo del forro!
Guardar tu material de esquí entre dos temporadas es un paso que no debes pasar por alto si quieres mantenerlo en buen estado el mayor tiempo posible.
Además de secar bien tus botas y botines por dentro, aquí tienes algunos consejos para encontrar tu equipamiento en perfectas condiciones después del verano.
Aprovecha este final de temporada para inspeccionar visualmente tu calzado: el exterior de la calota, las hebillas de ajuste, la suela y el forro.
Luego tómese el tiempo para limpiar sus botas con un paño húmedo y un poco de agua jabonosa si es necesario. Seque bien todas las partes de la bota y los botines al aire libre o en un secador de zapatos.
Una vez limpias, guarda tus botas de esquí en un lugar seco y ventilado, lejos del sol y el polvo. Si tiene una funda para botas, asegúrese de que no haya rastro de humedad antes de guardar sus botas en ella. Por último, recuerda cerrar tus hebillas sin apretar demasiado para que la bota no se deforme.
El spray antibacteriano, como se aconsejaba anteriormente, es el mejor remedio para los malos olores de tus botas de esquí. Sin embargo, si desea lavar sus botines, elija un lavado a mano y un lavado en frío.
Cualquier fuente de calor excesiva puede deformar el liner, especialmente si se trata de un modelo termoformable.
Sumergir el forro en agua jabonosa (detergente o jabón suave) y frotar suavemente con la mano o con un cepillo suave. Luego, enjuague bien para extraer todo el jabón de la espuma. Para el secado, hay que evitar la secadora, simplemente colgar los botines por el talón y dejar secar al aire libre.
Como habrás entendido, lo importante es secar bien tus botas de esquí y todo tu equipo después de una salida y antes de guardarlos en una funda. Cuidar tus botas te ayudará a conservarlas durante más tiempo... y cuando sabes lo complicado que es encontrar una buena bota de esquí, ¡la longevidad es clave!