Después de varias salidas de pesca, la caña puede haber acumulado suciedad (polvo, tierra, arena, engodos) que pueden rayarla y por tanto dañarla. Descubre nuestros consejos para mantener correctamente tu caña de pescar.
Para empezar, enjuaga tu caña con agua dulce después de cada viaje. Tenga cuidado de que no entre agua en los accesorios. Un producto simple y efectivo como el jabón negro (disponible en los supermercados) hará maravillas para limpiar a fondo tus cañas. Vierta el equivalente a una cucharada en un recipiente grande lleno de agua tibia (o una bañera) antes de sumergir los elementos de la caña en él. Frote suavemente con una esponja de microfibra y seque la varilla cuidadosamente con un paño suave. Guarde la caña durante la noche en una habitación templada para que se seque por completo.
Los accesorios deben ser revisados antes de cada inicio de temporada.
Para el mantenimiento de las articulaciones puedes utilizar un producto que los amantes del ciclismo ya conocen: el lubricante a base de teflón. Disponible en botella o spray, este lubricante para cadenas es muy eficaz para el mantenimiento de las bielas. Lubrica y protege contra la humedad para una eficacia duradera en todos los climas. Además es muy económico ya que basta con unas gotas aplicadas sobre un paño. Luego seque con una toalla de papel para eliminar el exceso. Para actuar contra los microarañazos puedes utilizar aceite de silicona con un paño suave. Es un excelente restaurador.
Puedes encontrar lubricante de teflón en la sección de bicicletas de tu tienda Decathlon.
Para las anillas, frote suavemente con un cepillo suave húmedo (no metálico) para eliminar las impurezas. Seque bien con un paño de microfibra.
Puede suceder que una pierna de un anillo esté torcida. Sobre todo, no uses alicates para enderezarlo, ¡corres el riesgo de romper la cerámica! La solución es agarrarlo con un trapo para alisarlo suavemente.