¿Por qué cubrir tu trampolín?
No tienes espacio para guardar tu trampolín en el interior durante el invierno, pero si va a estar en el exterior querrás asegurarte de que esté bien protegido del clima, por eso utilizarás una cubierta.
La lluvia, la nieve y el hielo son condiciones que ejercen presión sobre su trampolín durante el invierno. ¿Para qué? Porque estos elementos crean peso en la lona del trampolín. Un peso del que lleva tiempo deshacerse si no lo haces manualmente. La elasticidad de la lona y de los muelles se pone a prueba cuando un peso permanece estático en determinadas zonas del trampolín (nieve o un charco de agua, por ejemplo).
Si no es posible desmontar y almacenar los distintos elementos de su cama elástica, le aconsejamos colocarle una funda. Para ello, suelte los postes que sujetan la red de seguridad y júntelos sobre la lona de salto. A continuación, fija a la cama elástica, así desmontada la funda diseñada para tu modelo, o bien una funda impermeable de jardín. Si cae nieve y es probable que permanezca allí durante unos días, no dudes en quitarla del trampolín con una escoba.
Obviamente, mientras el trampolín esté debajo de la cubierta, los niños no pueden subirse a él. Especialmente porque podrían dañar los postes y la red de seguridad.